Esta palabra llamada valores está cobrando cada vez más relevancia y no es de extrañar.
Las personas no saben muy bien hacia dónde dirigir sus vidas, por qué hacen lo que hacen o por qué deben hacer una cosa y no la otra.
Pese a las dificultades que entraña definir tal cosa para un psicólogo sin caer en pseudociencias o cosas parecidas a la magufia, debemos hacerlos visibles junto a las personas para ayudarles a dirigir sus conductas.
Un psicólogo no debe ni puede éticamente, imponer sus valores a nadie; una de las tareas que tenemos es: descubrir los que posee cada persona (los conozca o no), ver al servicio de qué valores (o antivalores) pone sus conductas y si están en la dirección que quiere. Y suele ocurrir que cuando esta premisa no se cumple, hay problemas.
LOS VALORES
Los valores son las direcciones vitales hacia las que una persona dirige su vida. Los valores actúan como una brújula, marcan un lugar, como ir al norte.
Uno nunca llega “al norte” como el kilómetro 439 de una carretera, sino que su camino se dirige hacia la dirección norte. Pongamos un ejemplo:
Yo tengo el valor de ser puntual. Yo trato cada día de mi vida, en quedadas con amigos, trabajo o propuestas personales, llegar a la hora que se ha previsto. Ni un minuto más. Yo no gano la medalla de la puntualidad, y puedo afirmar “soy puntual”, pero eso no quitaría que haya días que no lo sea. Por lo tanto, dirijo mi conducta acorde al valor de la puntualidad, y me sentiré orgulloso cuando actúe de acuerdo a ser puntual (llegar a mi hora a algún lugar), pero debo trabajarlo cada día, nunca se agota o se cumple del todo.
DIFERENCIA ENTRE VALORES Y METAS
Las metas se concretan en fechas, cumplimientos, métodos. Las metas tienen un principio y un final. Por ejemplo, yo tengo el valor de la abundancia en mi vida.
Esto quiere decir, que voy a buscar la forma de tener muchas opciones en general.
Esto si se traduce a metas, podría ser facturar X dinero en X meses, comprar X cosa en X años, tener X empresas, etc. No estamos hablando de si algo es válido o adecuado para todas las personas, estamos hablando de que a cada persona le mueven cosas diferentes y en diferentes momentos de la vida, esto va cambiando.
Debemos ser lo más honestos posible con ellos, de lo contrario, si decimos lo que socialmente queda mejor y no lo que realmente anhelamos para nuestra vida, posiblemente cuando nos enfrentemos ante distintas dificultades, no nos dejemos guiar por las razones que queremos y actuemos por otras consecuencias diferentes (que quizás no encajan tanto con lo que queremos para nosotros).
VALORES DIFERENTES PARA CADA ÁREA DIFERENTE
Las personas nos enriquecemos de muchas áreas de nuestra vida, y unas tienen más peso que otras dependiendo de la persona y su momento vital. En nuestro momento social y cultural, podríamos decir que algunas de las áreas más importantes para las personas son:
- Área familiar
- Área relaciones sentimentales
- Área profesional
- Área relaciones sociales
- Área espiritual
- Área física y estética
- Área formativa
- Área financiera
- Área creativa
(…)
Y es importante conocer la satisfacción vital que tenemos en cada área y el valor que se esconde detrás de cada una de ellas. Es decir, mis valores en el área familiar pudieran ser: Protección, amor y atención y sin embargo, en el área profesional: disciplina, ambición y perseverancia.
También podríamos preguntarnos, cómo estamos cuidando nuestras áreas vitales y si realmente le estamos dedicando el tiempo acorde al nivel de importancia que le otorgamos.
ACTUAR EN CONTRA DE LOS VALORES
¿Qué ocurre cuando no nos sentimos orgullosos de lo hacemos? Es posible que estemos evitando hacer ciertas cosas que sabemos que deberíamos pero evitamos hacer por malestares diversos.
En estas circunstancias, podemos caer en la evitación de las cosas que más valoramos, y perdemos oportunidades, personas o trabajos.
Imagina que deseara ser una gran profesional, pero a la vez, tengo terror a que me realicen entrevistas. Se me presenta una gran oportunidad pero debo pasar 4 entrevistas de trabajo para acceder al puesto que más deseo. En ese caso, si decidiera ni echar la solicitud o no acudir a esa entrevista, estaría evitando mi malestar a costa del valor de llegar a ser una gran profesional.
Otro ejemplo pudiera ser, el deseo de tener una vida con pasión en mis relaciones sentimentales. Y a pesar de todo, elijo no conocer personas, no salir de casa, o quedarme con una persona que de todas todas sé, que no es lo que quiero ni me hace feliz. Estaría actuando en contra de vivir con pasión mi vida sentimental. Pero pudiera ser que a la vez, en mis relaciones sentimentales, tuviera el valor de la fidelidad, y la vida me ponga a la vez elegir la patata caliente de la pasión o la fidelidad como una dicotomía. ¡AHÁ! Ahí es cuando volvemos a nuestros valores y debemos decidir, qué tiene más peso para nosotros y con qué nos vamos a sentir más orgullosos de nosotros mismos a largo plazo.
ACCIÓN COMPROMETIDA CON VALORES
¿Si otras personas no me vieran y nadie se enterara, cómo actuaría? ¿Actuaría de acuerdo a este valor? Si es así, seguramente ese valor sea realmente importante para nosotros, pero si no….. no. Y muy complicado que se cumplan conductas que siguen a las razones equivocadas.
Es preciso ser muy honesto con los valores que escogemos; no por lo que se espera de nosotros, no lo que se debería socialmente o Bla Bla Bla, sino lo que haríamos independientemente de si nadie nos viera. Eso es un valor real que nos mueve la conducta hacia donde queremos llevarla.
Los valores se están retroalimentando constantemente, cada día, cada situación, cada conducta, cada interacción, sacamos nuevas conclusiones.
Si algo de verdad nos empuja como un torpedo hacia donde queremos, eso amigomío, es un valor que te llevará a actuar como deseas aunque no sea la opción más popular, sexy o divertida, harás lo que tienes que hacer y no lo que te apetezca o te convenga.
Llevarás una vida más valiosa cuando te comprometas con la dirección de los valores que hayas escogido para vivir.
Un abrazo.