Las personas vivimos constantemente expuestos a que nos sucedan una inmensa cantidad de situaciones: pérdidas, muertes, rupturas, desavenencias… que pueden sumirnos en un estado de profunda tristeza. Si esto se perpetúa en el tiempo y la vida comienza a deteriorarse, podemos vernos en una situación que suele conocerse con el término de depresión.
La depresión desde el modelo conductual
La depresión desde el modelo conductual se podría definir como la situación en la que una persona se encuentra y que se mantiene en el tiempo por una serie de variables, ya sean conductuales llevadas a cabo por la persona como por el contexto donde se encuentra. De esta forma, se enmarca al individuo dentro de una situación depresiva, no con «depresión» dentro de sí mismo/a.
¿Qué es la depresión crónica?
En el terreno de ciencias de la salud, el término crónico se asocia a que algo se padece durante un tiempo muy prolongado en el organismo, pero… ¿es posible esto en caso de la depresión? ¿Y qué es la depresión? ¿Tiene una entidad de virus, enfermedad, bacteria, desequilibrio químico? ¿Acaso funciona la depresión como una diabetes en el organismo? ¿Tenemos marcadores para afirmar esas comparativas o habríamos ser muy cautos con lo que llamamos «depresión» o «crónico»?
La depresión a lo largo de la historia se concibe como un problema filosófico, existencial, patológico… y que dejaremos para ahondarlo en otra ocasión.
La depresión desde la psicología de conducta se define como una situación donde el individuo está*.
La depresión conductual podría ser adaptativa en un entorno concreto, ya que, los animales buscamos adaptarnos al medio seleccionando las herramientas más óptimas para cada situación. Si las herramientas empleadas para adaptarse no funcionan, puede que sentirse triste sea la conducta que queda seleccionada como más óptima (aunque no necesariamente a largo plazo). Por ejemplo: la muerte de un ser querido.
Pocas opciones más nos quedan por solucionar que transitar el duelo, asumirlo y sentirnos tristes. Sin embargo, cuando nos sentimos tristes por otras condiciones vitales, ¿Qué soluciones ponemos en marcha? ¿Qué clase de acciones se están empleando para que la situación se perciba como depresiva? Si se perpetúa en el tiempo, ¿es preciso acostumbrarse a vivir con depresión crónica o hay remedio?
Las personas que reconocen sentirse deprimidas pueden mostrar conductas similares, pero no en todos los casos y cumplirán funciones diferentes. Una vez más, depende de cada persona y su contexto.
Algunas de las conductas depresivas más repetidas
Estas son algunas de las conductas más repetidas en una situación depresiva:
- Retirada social: dejar de salir, de contactar con personas, de contestar mensajes…
- Evitación no-social: no asumir tareas complicadas, pasar mucho tiempo en cama, quedarse sentado en casa…
- Evitación cognitiva: No tomar decisiones, no aprovechar oportunidades que surjan, dar vuelta a los problemas, rumiar sobre aspectos de la vida que no tienen solución, no pensar en perspectivas de solución de problemas presentes…
- Evitación por distracción: hacer actividades de poca relevancia como ver programas de televisión, jugar a videojuegos, compras masivas, hacer deporte en exceso, comer en exceso…
- Evitación emocional: tomar sustancias, drogas, alcohol…
Modelo de la depresión “crónica” o circular
Este modelo (Marino Pérez, 2015) trata de explicar, cómo se perpetúa el problema depresivo en el tiempo:
- A la persona le ocurren una serie de eventos negativos o adversos y/o tiene unas circunstancias desfavorables.
- Esto le produce una pérdida de alicientes, estrés, pérdida de sentido, estrés, angustia…
- …Lo que puede elicitar sentimientos de tristeza, cansancio, pesimismo, desmoralización desesperanza…
- Que le lleva a realizar conductas como las mencionadas en el punto anterior: dejar de hacer cosas, de salir, de levantarse de la cama…
- ..Y que puede llevarle a resultados vitales negativos que perpetúan, crónicamente, la situación.
«¿Cómo salir de esta?»
Naturalmente, en el presente artículo no podemos solventar esta respuesta. Tendríamos que valorar:
- Qué eventos y circunstancias hay a tu alrededor.
- Qué has perdido, qué has ganado, qué sientes, qué haces.
- Qué ocurre con lo que haces y con lo que pasa en tu entorno.
- Por qué se seleccionan unas conductas y no otras.
- Qué estrategias y soluciones nuevas se ponen en marcha.
- Qué impacto generan los cambios en tu vida.
Para ayudarte con esto, puedes apoyarte de un psicólogo/a que conozca a fondo tu situación particular. Si necesitas ayuda, escribe a hola@lauragares.com, estaremos encantados de ayudarte.
Un abrazo,
Laura 🙂
*Biblografía - Activación Conductual para el tratamiento de la depresión de Marino Pérez Álvarez y Jorge Barraca Mairal, 2015.