ansiedad en el trabajo

La ansiedad en el trabajo, ¿un problema contextual?

En ocasiones las personas vienen a consulta demandando estrategias para reducir su ansiedad en el trabajo: técnicas de respiración, meditación, mindfulness… Sin embargo a veces esto es otra tarea más, lo que efectivamente, puede repercutir en un mayor nivel de ansiedad general. O lo que es lo mismo, o no soluciona nada o esas estrategias son parte del problema. Y es que pareciera que tuviéramos que aprender a vivir exprimiéndonos sin compasión a todos los niveles… Pero…¿qué hacemos cuando esa ansiedad está provocada por el trabajo?

Contexto socio-cultural y la ansiedad como respuesta saludable

Teniendo en cuenta el desarrollo socio-económico de los países, la jornada laboral aún es diferente según la región del mundo pero… En España sin ir más lejos se podía trabajar 18 o hasta 24 horas sin parar si así se necesitaba. La evolución de la forma de vivir y cubrir recursos, ha ido variando a lo largo de la historia, donde actualmente, encontramos propuestas que parecieran ser la respuesta: trabajar menos horas y días a la semana. Y aunque esta propuesta a priori fuera el gran reto para probablemente, influir en el estado de ansiedad de las personas a nivel laboral, de poco ayudaría si luego no les llega con ese “poco trabajo” para pagar su cesta más básica de la compra.

ansiedad por el trabajo

No es una solución fácil pero lo que está claro es que el trabajo repercute directamente con los recursos económicos de la persona y con ello, los recursos a los que accede. Verse envuelto en deudas, hijos, préstamos, etc., para sostener su vida, y por ende, su trabajo, podrían ser uno de tantos factores contextuales en que el trabajo se vea asociado a altos niveles de ansiedad en las personas. El sistema mantiene y perpetúa muchos problemas que se consideran “individuales” pero que sin embargo, son hijos de la forma de vivir que tenemos y el sistema de recursos que está montado en cada país y etapa de la historia. Cuando el ciudadano se ve presionado, saqueado a impuestos, y con montones de facturas a las que apenas llega, la ansiedad emerge con toda legitimidad. ¿Cómo no iba a aparecer? ¿Dónde está el sostén que ayude a ese individuo a garantizar que con un ritmo más desacelerado de trabajo podrá vivir más tranquilo y tener sus necesidades básicas más que bien cubiertas? ¿Sólo es accesible esta “serenidad” para las altas esferas que reparten esos recursos y se quedan el trozo más grande de pastel?

La ansiedad es tremendamente funcional: nos puede decir, esta forma de vivir es la que está enferma, no nosotros. La ansiedad podría estar directamente relacionada con las exigencias de vivir de una forma determinada y con una serie de gastos asociados a esa forma de vida.

La ratonera: «aprende a anestesiar mejor el malestar» 

No es de extrañar que las personas vengan contrariadas y angustiadas a consulta, pero no se engañen: a veces los psicólogos forman parte de ese sistema torcido y retorcido para exprimir los recursos llamados personas. Y de esta forma, como el célebre corto de Steve Cutts, quedamos atrapados en la ratonera anhelando esa felicidad mercantilizada que nunca llegará.

Estrategias para combatir la ansiedad laboral – contextual

Como a priori nuestro país al menos por ahora, concede cierta cancha para poder tomar decisiones autónomas y responsables de qué hacer en cierta medida con nuestro dinero y tiempo, vamos a plantear ciertas dudas, cuasi filosóficas, que lejos de plantearte soluciones rápidas de usar y tirar, te haga replantearte si tu ansiedad está en cierta medida, por estar inmerso en la Ratonera. Tal vez te parezcan “inesperadas” pero vengo a hacerte pensar en factores relacionados tal vez, con tu ansiedad laboral, no a darte una benzodiazepina y ya.

  • Cierra las redes sociales una temporada.

El continuo bombardeo de objetos, necesidades y actividades sociales que hace la gente en todo momento y a todas horas no ayuda a reducir la insatisfacción que produce una vida sin tanta impostura. Una vida sencilla no grita todo el tiempo lo que hace, con quién y dónde. Simplemente disfruta la situación. Si te planteas simplificar tu vida, te costará mucho renunciar a “lo último” si estás constantemente expuesto a ello.  Te invito a que veas la vida con otros ojos una temporada sin redes sociales. 

  • Si te es posible, trasládate a un lugar con menos coste de vida.

Si para vivir en un piso, tenemos que gastarnos 800 euros de alquiler o compartir con 5 personas,  probablemente tengamos cierto malestar por un lado u otro. Si consideramos que la vida en Madrid es genial pero la calidad de vida que nos reporta es más baja, porque tengamos que trabajar más, por ejemplo, estamos perdiendo tiempo de calma, calidad de vida, y presión impuesta para poder sostener ese sistema de costes. Imagina otras posibilidades, incluso pueblos donde puedas tener otro estilo de vida diferente al que te habías planteado para tu vida hasta ahora.

  • Prueba a vivir con lo verdaderamente indispensable para una vida buena para ti.

Al hilo de las redes que decía, verdaderamente la sociedad de consumo se beneficia de que “necesites” o mejor, “creas necesitar” un puñado de mierdas. No hace falta tanto. ¿Para impresionar a desconocidos con una identidad impostada en redes? Que no está mal tener, acumular o tener un buen nivel de vida donde compres aquello que te apetezca, el mensaje no es ese. El mensaje es: no eres eso ni lo necesitas. Eres tus conductas, tus valores a través de lo que haces por otros, por el mundo y por ti. El resto solo acompaña al conjunto, pero si tus conductas son execrables para otros pero vas hasta arriba de lujos, seguirás siendo execrable con purpurina.

  • Compra de segunda mano.

Antes heredábamos prendas de primos, hermanos, etc., Y es que paradójicamente, nuestros abuelos eran mucho más eco-friendly que cualquier moderno promedio. Y el mensaje no es: vive peor que antes, pero hay cosas que puedes probar a comprar de segunda mano, muchísimo más barato. Podrás ahorrar más y por tanto, podrás disponer de algo más de dinero que guardar para otras cosas. Y probablemente, disponer de algo más de recursos que te ayuden a disminuir parte de esa ansiedad que asocias a ese trabajo basura. Lo bueno es que ahora no hay que heredar las zapatillas horribles de tu prima del pueblo, ahora puedes mercadear con el mundo entero, y eso es algo positivo que podemos sacar de nuestro tiempo. No todo es satanás en el consumo, al contrario. Hay ciertas cosas que es mejor invertir y otras reciclar; valora sabiamente.

  • Elimina las deudas que puedas.

Si sigues reduciendo gastos y aumentando ingresos, podrás disponer probablemente, de algo más de dinero. Destina lo que puedas a quitarte ese resorte de “presión” que añade sal y pimienta a tu ansiedad. 

  • Invierte en algo que te de beneficios a largo plazo fuera del horario efectivo.

No estamos hablando de que inviertas en Bitcoin o que entiendas de bolsa, tampoco que te dediques a hacer contenido (aunque todo podría ayudar). Invertir también es, cuidar lo que tienes para que no se deteriore, empezar a estudiar eso que siempre soñaste dedicarte, cuidar relaciones que te ayudarán en el futuro con ahorrarte ciertos recursos (sin caer en la mercantilización de las relaciones, pero todas están basadas en la reciprocidad)…. No te quedes “con lo que hay”, si no te satisface; trabaja por salir de dónde estás en la medida que tu contexto te permita y sobretodo, al tiempo que tú y tus recursos puedan asimilar. 

  • En cuanto puedas, manda ese jefe y trabajo de sh*t a tomar viento.

Puede sonar un poco radical, pero es raro que en un trabajo donde se tiene a sus empleados con altísimos niveles de ansiedad se les valore realmente. Suele haber un principal beneficiado: la empresa. Una empresa que aprecie a sus trabajadores cuida sus tiempos, su descanso, se preocupa de que se forme, cuida la higiene del trabajo, les refuerza, les premia económicamente, permite promocionar… Se preocupa porque esté bien todos los sentidos. Si tu trabajo tiene altos niveles de ansiedad porque no hay otra forma de hacerlo (cosa que podríamos discutir) porque es algo pongamos, de emergencias, se deberá procurar la correcta salud y equilibrio del trabajador de lo contrario, estamos haciendo trabajadores cargados de ansiedad, frustrados y agobiados. Si esto es así, la solución es la que ya sabes. Tal vez no ahora, tal vez no en un año. Tal vez cuando tengas ahorros o condiciones más favorables…Pero ya sabes lo que tienes que hacer: marcharte.

  • Y cuando pruebes a cambiar algo de lo anterior, hacemos estrategias para reducir la ansiedad fisiológica. 

Ahora que ya habrás reducido algo de la carga de presiones sobre los hombros ansiógenos de tu pesada carga vital, estarás listo y en mejor posición de empezar a hacer ejercicios para calmar tu cuerpo, porque el resto (que son variables contextuales) ya nos hemos ocupado de algunas de ellas. No te tomes como una benzodiacepina los ejercicios de relajación, pues como ya hemos dicho, si no cambias las condiciones que mantienen la ansiedad, poco podemos hacer.

Te dejo entonces, un ejercicio para trabajar la relajación en momentos de ansiedad.

¿Te gustaría que habláramos de estrategias para reducir la ansiedad dentro del trabajo? Déjamelo en comentarios o por correo 🙂

Espero que te haya gustado,

Para cualquier cosa, escríbeme a hola@lauragares.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir arriba

Nuestro sitio web utiliza cookies y por lo tanto, recopila información sobre tu visita para mejorar nuestro sitio web, mostrarte contenido de redes sociales y anuncios relevantes. Consulta nuestra página [Política de Cookies] para obtener más detalles o acepta haciendo clic en el botón "Aceptar".

Configuración de Cookies

A continuación, puedes elegir qué tipo de cookies permites en este sitio web. Haz clic en el botón "Guardar configuración de cookies" para aplicar tu elección.

FuncionalNuestro sitio web utiliza cookies funcionales. Estas cookies son necesarias para que nuestro sitio web funcione.

AnalíticaNuestro sitio web utiliza cookies analíticas para que sea posible analizar nuestro sitio web y optimizarlo con el fin de a.o. la usabilidad.

Social MediaNuestro sitio web coloca cookies de redes sociales para mostrarte contenido de terceros como YouTube y Facebook. Estas cookies pueden rastrear tus datos personales.

PublicidadNuestro sitio web coloca cookies publicitarias para mostrarte anuncios de terceros basados en tus intereses. Estas cookies pueden rastrear tus datos personales.

OtroNuestro sitio web coloca cookies de terceros de otros servicios de terceros que no son analíticos, redes sociales o publicidad.